Comunicación Consciente; de la soledad del ego a la comunión del Ser
El progresivo despertar espiritual; la reconexión con lo trascendente, nos devuelve la felicidad que olvidamos. Esta es la experiencia transpersonal por antonomasia que nos rescata de un mundo egóico basado en la supervivencia. Todos andamos buscando esta paz y confianza profundas, aunque no lo entendamos como algo espiritual. No importa el nombre que le demos o las creencias que tengamos, lo cierto es que la Comunicación Consciente Transpersonal es una herramienta tremendamente poderosa para recuperar la conexión con esta experiencia de unidad, entrega y confianza. En mi experiencia, uno de los más poderosos recursos de alquimia personal.
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Cultivar la comunicación consciente es mucho más importante para nuestra salud de lo que pensamos. Ya sabemos que sin la interacción con otros seres humanos no podemos vivir. Y por supuesto, sin relacionarnos con nosotros mismos tampoco. Al sufrir con los vaivenes de la vida, con frecuencia y como mecanismo de supervivencia, nos aislamos de nuestras propias vivencias sentidas o rechazamos nuestras experiencias íntimas pretendiendo que así desaparezcan en el olvido. Y no sólo esto no ocurre, sino que se enquistan. Lo peor es que como consecuencia, también perdemos la conexión con nuestra sensibilidad y guía interna, ocasionándonos de esta manera penosas enfermedades físicas y psicológicas derivadas de esta incoherencia.
Y, por si esto fuera poco, cortar la comunicación con nosotros mismos; callar y fingir un estado que no es auténtico acarrea múltiples problemas relacionales.
¿Qué puede ocurrir si rechazo sistemáticamente mis pensamientos y/o sentimientos?
- Estropeo mis relaciones, boicoteo mi vida personal, laboral y social: atacando al más vulnerable, acusando a la persona equivocada, o explotando en el momento menos oportuno.
- Cuando trato de explicarme, la emoción desbordada me impide conectarme contigo y no puedo escucharte.
- Estoy tan lleno de emoción que ya no me cabe absolutamente nada más; llega a ser tan intensa que se hace inmanejable y brota por pequeñeces como un volcán dispuesto a arrasar que no discrimina qué vale y qué no. La emoción me ciega.
- Mi cerebro no funciona como antes. Me cuesta pensar hasta en lo más simple, se me olvidan las cosas simples y me cuesta muchísimo poner atención en lo inmediato.
- Tiendo a proyectar fuera mi sufrimiento y lo que no tolero de mí mismo. En lugar de reconocer mis limitaciones, culpo a los demás de mis miedos; alimentando la tensión y fomentando que me rechacen.
- En vez de hablar de lo que realmente necesito, reprocho y culpabilizo, cayendo en el pozo del victimismo, confirmando una y otra vez que el mundo está contra mí.
- Reconocer mis deseos y fobias se convierte en un tabú, frente al dictador interno de una moral que me castiga salvajemente cuando busco alternativas.
En definitiva, cuando en lugar de comunicar con la intención de conectar y suavizar las diferencias para recuperar la armonía y la hermandad con el prójimo, mi acción va dirigida a juzgarme o juzgar al otro, alimento mi inconsciencia, mi miedo irracional y mi fragilidad. Cuando me ataco a mí mismo, prepetúo lo que sufrí. Cuando ataco a otros, reproduzco lo que me hicieron.
Y aunque quizá ahora no sé hacer otra cosa, es la práctica consciente la que me ayuda a aprender paulatinamente.
Es posible que, tras toda una vida de encuentros y desencuentros, de experiencias dolorosas, decepciones y pérdidas. Haya terminado por creer que la comunicación sincera es imposible, peligrosa o perjudicial para mí. Y no es de extrañar, pues la comunicación descubre el dolor que hay dentro de uno. Con la CCT veo con claridad lo que acepto y rechazo de mí, lo que me gusta y lo que odio… veo con lucidez al otro y sus miedos, veo sus miserias y sus virtudes.
E indudablemente, a menudo es demasiado impactante y devastador lo que vemos como para sostener la mirada: duele.
Sin embargo, está comprobado que practicar la Comunicación Consciente Transpersonal (CCT) aporta innumerables beneficios inmediatos y a largo plazo, recordemos la cita de William James:
“Siembra una idea y cosecharás un deseo; siembra un deseo y cosecharás una acción;
siembra una acción y cosecharás un hábito; siembra un hábito y cosecharás un carácter;
siembra un carácter y cosecharás un destino”
¿Qué beneficios tiene practicar cotidianamente la Comunicación Consciente Transpersonal?
- La CCT elimina condicionamientos y creencias limitantes, contribuyendo al desarrollo de nuestra mejor versión.
- Ayuda a resolver conflictos y malos entendidos, aumentando nuestra capacidad para disfutar de una intimidad sana.
- Transforma la competitividad en cooperación, mejorando nuestra eficacia y trabajo en equipo.
- Despierta el niño interior y la autenticidad, fomentando, la creatividad, la espontaneidad y la capacidad de disfrute.
- Sustituye las proyecciones inconscientes por auto responsabilidad, incrementando mi capacidad de asumir riesgos y crear nuevos proyectos ilusionantes.
- Facilita relaciones sanas, auténticas y libres, potenciando una viva intensa y plena.
- Acelera y propicia el despertar espiritual gracias a la limpieza explícita de la sombra del ego.
- Nos conecta con el amor incondicional del ser, permitiéndonos liberarnos de las limitaciones del ego.
¿Qué, cómo, para qué me comunico?
¿Te imaginas un mundo en el que nos comunicáramos por telepatía y no creáramos barreras con las palabras?, ¿dónde no existieran secretos y todos pudiéramos leernos la mente? ¿Imaginas qué impacto?
Quizás sea demasiado para la mayoría de nosotros actualmente, así que quizás podamos empezar por algo más ajustado a nuestro nivel de desarrollo. Y desde ahí, avanzar paulatinamente hacia la coherencia, el poder y la libertad internos.
Yo no creo que esté más evolucionado quién es más sincero, sino quién es más capaz de empatizar con el otro sin olvidarse de sí mismo. Quién maneja el arte de ser coherente consigo mismo, comunicar y escuchar a su prójimo como si fueran lo mismo. Y en esa hermandad consciente encuentra la similitud y la belleza de las diferencias. Ama lo que hay.
El ego sabiondo, ya se disfrace de persona espiritual, de yogui, de terapeuta, de meditador, de maestro, de cura, o de gurú, sigue siendo un ego herido y necesitado de compasión y luz.
Si tenemos en cuenta que el lenguaje es el canal que transporta el mensaje, y aquel, es el valioso medio para alcanzar el objetivo de la reconciliación. Cuidando el medio cuido el fin.
La práctica consiste en:
Decir lo que pienso y siento, cultivando la coherencia conmigo mismo/a.
Para empezar a avanzar en este sendero de cuidado y atención; observo y me pregunto:
¿Desde dónde me estoy comunicando?
- ¿Lo hago desde la mente racional, pretendiendo controlar el efecto que tendrá en el otro lo que digo?
- ¿Lo hago desde el corazón emocional, intentando manipular los afectos y no sufrir determinadas consecuencias?
- ¿Lo hago desde el cuerpo instintivo, pretendiendo conseguir algo que me aporte placer o alivie mi dolor?
Después, puedo hacerme consciente de mi estado mental, anímico y físico. Lo cual es la base para una comunicación eficiente y respetuosa.
- ¿Cómo me siento aquí y ahora? ¿cómo estoy, tenso o relajado?
- ¿Estoy viendo claramente al otro, o me relaciono con alguien que sólo existe en mí fantasía?
- ¿Me limitan mis prejuicios y experiencias vividas?
- ¿Estoy percibiendo desde el aquí y ahora, o estoy anclado en el pasado o proyectando el futuro?
También conviene que me pregunte honestamente sobre mis intenciones auténticas. Es preciso revisar las expectativas respecto a la situación.
- ¿Para qué voy a expresarme o para qué voy a escuchar?
- ¿Para qué voy a decir esto, o para qué voy a callarlo?
- ¿Qué estoy queriendo evitar, o qué estoy pretendiendo lograr?
Y aunque parezca una obviedad, es vital tener claro qué mensaje quiero transmitir, al menos lo primero para empezar a “romper el hielo”.
- ¿Qué mensaje quiero transmitir con mis palabras? ¿Qué quiero trasladar a la otra persona desde mi mismo?
- ¿Es una petición explícita?
- ¿La liberación de una presión afectiva?
- ¿La manifestación de una idea?
- ¿Una interacción para alimentar el vínculo?
Tras esta primera auto exploración, comienza la interacción con el otro. Ahora observo cómo me comunico, tanto en la expresión como en la escucha. Utilizando las claves de la “alquimia transpersonal” es más fácil de llevar a la práctica el proceso de la CCT.
- Atención a las palabras, las sensaciones, las ideas.
- Valor para reconocer qué y cómo nos afecta lo dicho o lo percibido.
- Amor para tomar las palabras tal y cómo son. Abrazar y acoger la experiencia sin juicio. Y por último soltar lo vivido para que deje su sabiduría.
CAIGO EN EL SUEÑO DE ATAQUE DEL EGO, CUANDO:
Pienso o hago juicios acerca de otros.
Doy lecciones y consejos a los demás desde la superioridad.
Proyecto mi sombra (mis aspectos inconscientes rechazados) en los demás.
Caigo en luchas de poder fomentando desigualdades.
Trato mis interpretaciones como verdades absolutas.
Analizo comportamientos ajenos como distracción.
Confundo pensamientos con sentimientos.
Mezclo necesidades auténticas con deseos triviales.
Actúo como si fuera autosuficiente.
Reprocho y ataco al otro, o me someto, para manipular.
Converso para convencer a los demás de que mi visión es la correcta.
Me aislo y oculto mi mundo interno confirmando que el mundo me rechaza.
DESPIERTO A LA PAZ REAL DEL SER, CUANDO:
Creo conversaciones para comprender, llegar a acuerdos y crecer.
Enfoco mi intención en aceptarme y recuperar la conexión con el otro.
Hablo en primera persona del singular o del plural.
Me relaciono con mis creencias e interpretaciones sin juicio.
Comunico desde mi sentir auténtico soltando el control.
Fomento la aceptación, el perdón y la empatía.
Busco relaciones conscientes, auténticas y plenas.
Utilizo el sentido del humor y la parodia del ego para flexibilizarme.
Reconozco mi vulnerabilidad con dignidad y ternura.
Mi objetivo es abrir mi corazón e invertir en mi autoconociemiento.
Escucho a otros para tener una visión más completa de la vida.
Comparto lo que tengo dentro apoyándome en los demás.
Nos servimos de la alquimia de la CCT para pasar de la separación del yo a la com(un)unión del Ser. Gracias a lo cual podemos conectar de manera profunda con nosotros y con los demás desde la presencia y el amor consciente. A partir de este reencuentro, la solución de conflictos es muchísimo más fácil y rápida. Así, el propósito final nos conduce al bien común y a la concordia, desde dónde todos crecemos y nos engrandecemos. Todos ganamos.
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José Maroto Mingo
Psicólogo y Psicoterapeuta Transpersonal
CONSULTAS
c/ Dr. Castelo, 36.
Madrid
+34 606 098 769
Gracias José por este texto que me ayuda a pensar mis motivaciones inconscientes al comunicarme, aprecio tu labor que nos ofrece herramientas para discernir nuestras cualidades a menudo ignoradas.