Estamos adormecidos por el ego
El ego, o la personalidad, configurada por esquemas mentales aprendidos conscientes e inconscientes, nos impide sentir la Unidad de la que formamos parte. Éste sentir es del alma, no de la razón, es una certeza profunda bañada en amor, lucidez y compasión, no una idea de perfección. Quizá es muy difícil salir de esta ilusión, pero si podemos desarrollar la capacidad innata que poseemos para atisbar reflejos de la Unidad a través del cultivo de una actitud amorosamente incondicional hacia nuestros sentimientos y emociones del presente, permitiendo que se manifiesten sin juzgarlos, sin evitarlos y sin potenciarlos. Ésta ecuánime observación resta atención al ego y despliega nuestra divinidad.
José Maroto Mingo
Psicólogo y Psicoterapeuta Transpersonal
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