Si no cambias tú, tu relación morirá
Si no cambias tú, tu relación morirá. Pues en esta vida todo se transforma o muere; lo primero requiere consciencia, lo segundo es inevitable. Aunque esto se puede aplicar a cualquier relación, nos centramos en este caso en las relaciones de pareja.
Que son caducas, es un hecho irrefutable, otra cuestión es cuándo y cómo acabará. Desde el momento que todo nace, está destinado a morir. Esta es una ley de este mundo.
Por otro lado, la calidad del vínculo depende del nivel de consciencia que proyectemos y que desarrollemos en ellas. Ya sabemos que las relaciones no están para hacernos felices y cumplir nuestras expectativas más o menos románticas, sino para ayudarnos a descubrir nuestra verdadera esencia de servicio y amor incondicional; en definitiva, devenir conscientes o completos.
Adquirir, con la práctica, la consciencia para transformar la inevitable muerte de una relación de pareja en un reencuentro con la esencia que guardamos, es un proceso de despertar propio y en compañía que depende de la presencia y entrega que apliquemos a la relación. El final es inevitable, de hecho vivimos múltiples finales de ciclo durante la vida de la relación, que lo demuestra. El apego a la fase anterior nos deprime, asusta y encoleriza. Es requisito indispensable renunciar al cambio del otro como solución, pues este anhelo precisamente lo obstaculiza. Lo que si podemos hacer es transformarnos a nosotros mismos durante el camino de aprendizaje, para lograr la única menta valiosa que existe tras el espejismo de un amor idílico e infantil: despertar a la pura y libre consciencia que somos.
José Maroto Mingo
Psicólogo y Psicoterapeuta Transpersonal
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